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En la iniciativa de la edil Cristina Painefil, se señala el crecimiento en el número de establecimientos que expenden medicamentos para animales, como los “pets shops”, cuantificando en más de 30 las bocas en la ciudad. “No todas cumplen con reglamentaciones nacionales ni provinciales. Se habilitan sin legalidad para poder adquirir, almacenar ni comercializar esos productos”, argumentó.
Alertó que actualmente productos de expendio bajo receta para uso animal son entregados por personal no idóneo. “La prescripción de un medicamento sin el título habilitante para tal fin es un delito encuadrado en ejercicio ilegal de la medicina”, fijó. Antiparasitarios, antibióticos, productos hormonales, tranquilizantes, antiinflamatorios, condroprotectores, colirios, antimicóticos, entre otros, son utilizados tanto en animales de compañía como en animales de producción y equinos deportivos, lo que “conlleva una responsabilidad tanto en su uso como en su comercialización”.
La concejal consideró que los locales donde se expenden dichos medicamentos deben contar con asesoramiento profesional veterinario, aún si es de venta libre, ya que el hecho de no requerir receta no significa que no sea necesaria y obligatoria la presencia en esa boca de venta de un profesional veterinario en carácter de asesor técnico, porque “el manejo irresponsable de esos medicamentos puede traer efectos irreparables en los pacientes y en quienes los manipulen”.
Consecuentemente, evaluó como indispensable “a fin de garantizar la preservación de la salud pública, contar con un registro de comercios que comercialicen zooterápicos y que dichos comercios cumplan con las disposiciones vigentes a nivel nacional. Es decir, contar con un asesor profesional veterinario permanente que sea el responsable de la cadena de comercialización de dichos productos”.
El profesional deberá brindar atención personal y efectiva del establecimiento y vigilar la preparación, conservación y el expendio de los productos, medicamentos, sueros o vacunas de uso veterinario debiendo firmar diariamente el libro recetario al final del último despacho.
Para ello, se propone la creación de un Registro Municipal de Farmacias Veterinarias. Las sanciones por diversos incumplimientos leves a muy graves, serían de entre 1300 y 10.400 pesos, decomisos y clausuras.