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Siempre solidaria para colaborar con sus vecinos de El Frutillar, no dudó cuando en 1996 surgió la posibilidad de sumarse a Bomberos Voluntarios. “Me invitaron porque teníamos que ser muchas mujeres para poder ingresar, y lo tomé como un desafío para competir con el hombre”, recordó.
Insertar a la mujer en un lugar reservado para hombres “fue complicado, nos llevó tiempo, pero acá estamos”.
Relató que mientras los hombres estaban en el cuartel, ellas debían permanecer en el gimnasio, y respetar estrictas reglas: “No podíamos estar a solas con un hombre ni saludarlos con un beso”. Pero el esfuerzo fue fructífero. “Ganamos el terreno, porque demostramos que podemos hacer esta actividad. De joven creía que nuestra fuerza es igual a la del hombre. Y no es así. Tenemos otras facilidades, como atender a una persona. También hay hombres que no tienen fuerza. Somos un gran complemento”, concluyó.
Esta actividad que inició como un desafío y hasta como una competencia de género, pronto fue vocación. “Esto es lo que yo quiero hacer. Bomberos es parte de mi vida”, afirma. Y tanto es así, que trasladó esa fuerte pasión a su única hija. “Se viven cosas muy lindas y también muy tristes. Cuando mi hija me dio la noticia de que quería ser bombero, tuve sensaciones encontradas: orgullo y angustia, por saber que va a estar al riesgo permanentemente”, admitió.
Este compromiso compartido con la comunidad afecta la vida cotidiana familiar: “Mi marido muchas veces se queda comiendo solo”, contó entre sonrisas, recordando un fin de año en el que su compañero y la novia del cuartelero terminaron brindando solos cuando la sirena interrumpió el brindis con una emergencia.
Gladys hace 20 años es bombera, presta servicios en el Destacamento 2 de Abril y es radio operadora de Bomberos Centro. Es una de las héroes anónimas que coordinan las emergencias, en esos momentos donde la templanza y la valentía salvan vidas. También formó parte consciente del desembarco de las mujeres en la institución. A 5 años de su retiro, se emocionó al proyectar: “Estoy con la cuenta regresiva. Tengo cuerda para rato, pero también un compañero al que le tengo que devolver un poco de lo que me dio. No sé si realmente voy a poder cumplirlo, porque cuesta pensar en vivir sin Bomberos”.
Por su gran aporte a la comunidad, este jueves Gladys será reconocida por el Concejo Municipal con la distinción “Mujeres que Dejan Huellas”, en el marco de las actividades por el Día Internacional de la Mujer.